Debe haber sido que el paréntesis fue muy extenso, que mis ojos estaban fijados en un solo blanco, así como tantas otras cosas.
El tiempo se hacía escaso, y es que todo avanzaba tan rápido... las tres películas y media y las 7 horas muertas que la vida nos tiró por la cabeza ese día.
Y bueno, me mantuve con la boca cerrada, la cabeza en mi almohada y las manos atadas, sin embargo, ahora afirmo constantemente, junto a quien quiera acompañarme. Esperando no decepcionar a ninguno de mis camaradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario