Contigo si que malgasto mis palabras, siempre te metes en problemas, me llamas y yo corro a escucharte, te doy lo mejor de mi repertorio verbal y para qué, para que no seas capaz de tomar ninguna decisión, solo ves la opción que te hace sentir más cómodo, la que te demande menos esfuerzo y más mentira.
Que vergüenza, que asco, me repugna. Andate a una isla y por alguna vez, deja de pensar en ti mismo.