martes, 28 de julio de 2015

Homenaje


Yo tampoco se nada o casi nada de la vida
también escribo cosas malas (y evidentemente peores que tus sonetos)
y tampoco sé dónde van los deseos que no llegan a su respectiva estrella.
Yo sí se que regalar en cumpleaños
en relación a lo del baile tengo mis dudas, entre más alcohol mejor lo hago
los acantilados y las alturas no me dan miedo, me gusta mucho.

La globoflexia tampoco es lo mio
a veces puedo despedirme sin hacer escenas
y puedo sobrevivir sin problemas en la cocina.

Yo tampoco sé que decir en cualquier brindis (y casi nunca la verdad)
y no me es necesario recurrir a las ovejas antes de dormir
obviamente, no sé dónde empezará el apocalipsis
ay los fusiles y las flores del puerto.

El edén de los borrachos se encuentra en Valparaíso
la playa en mi tierra
y los besos siguen siendo un misterio.

Los payasos no me dan miedo, pero detesto con mis vísceras a los mimos
esa historia de los marinos es información que aún me encuentro asimilando
Yo ni siquiera sé si Dios existe
y la verdad no me cuestiono eso del primero amor.


Pero sé, aunque sepa poco de la vida,
que la tarde de sofá si estás al lado
me cura mi lunes y mi miopía,
da respuesta al universo y sus acasos.

Pero tengo la certeza, cuando menos,
de que tu presencia espanta a los demonios,
y trae noche de verano al dormitorio,
que contigo cada marzo es el primero.

Serrano, 2014.