miércoles, 29 de octubre de 2014

Elefante Blanco

Sin ninguna duda eres el más silencioso de nosotros.Siempre. Sabemos que esa conducta es producto de tu devenir vital, de aquellas cosas que no dices, pero que te condicionan, aquellas cosas que nosotros sabemos pero no preguntamos. Tu llamada me dejó una cierta curiosidad, pensé que no era algo tan complejo. Es curioso que nuestras historias tengan ribetes similares, yo creo que me escogiste a mi porque en el fondo lo sabes. Porque la gran lección que tengo para compartir es que cada uno de nosotros vive sus propios tiempos, porque eso, es lo único que tenemos derecho de pedir y que se nos respete. No hablaste, vomitaste las vísceras que te ocuparon el cuerpo por quizás cuantos años, escucharte fue de las cosas más inesperadas pero bellas que ha pasado en el último tiempo. Ser testigo de tu catarsis, de tu honestidad fue un acto casi mágico y divino. Gracias por compartirlo conmigo. Soy pésima con las palabras, pero aún así me escogiste. Tal vez soy mejor con los oídos, o tal vez es sólo por las similitudes paternales. Lo que hiciste hoy fue un acto de valentía, de sublimación del espíritu. Ya no tienes ocho años, posiblemente cumpliste 12, quien sabe si prontamente llegues a los 25. No voy a escribir cosas como consejos ni te voy a instar a que hagas cosas, te convoco a que te escuches y te premies con lo que necesites, lamento no poder garantizarte aquello que quieres oir, pero tu sabes que la mentira no es lo mio. Gracias por ser parte de este día, creeme que la conversación me hizo demasiado bien y me trajo una buena noticia, espero que se concrete para compartirla. Serás el primero en saber, lo prometo.