miércoles, 4 de agosto de 2010

El colgado.

Me dio la nostalgia, empecé a revisar todas las cajas con algo de pasado que tengo, encontré viejas fotos, cuando mi pelo era más corto y tenía una chasquilla que no iba con la moda del momento, gente cuyo rumbo de vida no conozco demasiado, películas que están en estados deplorables, papeles con palabras que no fueron más que eso, algún estornudo se me arrancó entre tanto ácaro que protegía aquellas cosas, regalos que me dieron el día en tomé el bus para ir a Valparaíso por primera vez, cuando todos los que se quedaron pusieron sus esperanzas de alguna forma en mi, en los que nos fuimos, y sus buenos deseos funcionaron bastante bien, la vida me sonrió durante mucho tiempo.

Me preguntaba si el resto, de quien conservo aquellas cosas, tendrá en alguna parte las que yo les he dejado, las fotos, las cartas, los intentos de pintura, mis pinches, ropa, algún libro, no sé, y los tomarán aveces?, recordaran el motivo por el cual quedaron ahí? y pensaran, de esta mujer no sé hace tanto, le prometí algo que nunca complí, los planes futuros que nunca llegaron, las cervezas que se perdieron en el camino, las café olvidados, las comidas no servidas, los cigarros al lado del camino, las caminatas con abrigo, las películas para la cual nos tapamos los ojos, los lugares prometidos que nunca recorrimos...

La vida no se detiene, y ya no tiene mucho sentido preocuparse por lo que no fue y lo que no será, no puedo ver nada más que el segundo que acontence, en este momento. Parece que no fui invitada, a ver el desarrollo del mundo, de sus mundos, de tu mundo, de mi mundo.

Y a tí muchas gracias, me hiciste recobrar un poco la Fe.