sábado, 11 de septiembre de 2010

La Libertad

Sin querer queriendo, llegar a la casa, es bastante desesperanzador, caminatas de siempre por calles que no cambian en absoluto, conflictos de siempre, con voces gastadas y casi ahogadas de tanto decir lo mismo, sueños malos con insomnio, pedazos de días que se desvanecen, intentos de inconsciencia exitosos.
Ayer dijiste "ella no podría estudiar acá", tienes toda la razón, definitivamente no podría, me ahogaría, me apagaría de a poco, como está pasando.

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