martes, 18 de agosto de 2015

Don´t bite me


Yo no pregunto cosas cuya respuesta es algo que no quiero escuchar. Bueno, casi nunca lo hago.
Es una ley de vida que aprendí cuando era adolescente y adolecía demasiado. Adolecía tanto que se me escapaba entre la piel.

Hoy soy adulta, hay sol pero hace uno de los peores fríos que he sentido en la vida. Estoy particularmente asustada del cálculo que no hice, por el control que se me ha ido diluyendo entre los dedos, la pereza que tengo y las obligaciones de las que rehuyo.

Pero saldré de esta, he salido de cosas bastante peores.

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