lunes, 2 de febrero de 2009

Treslibras

Detesto esta etapa de lucha sucia por demostrar quien es más dueño de la verdad. En donde todo lo pasado queda relegado al fondo de un bolsillo y solo importa hacer que sangre la herida.
En momentos donde se argumenta con las palabras de más baja calaña que el léxico conoce y se usan las artimañas más baratas para hacerse el tonto.
Que lástima, esa incapacidad que tenemos para rememorar un poco los tiempos mejores, por qué será que algo está condenado a pudrirse cuando es mutilado?, es que nos tapamos los ojos ante la posibiliad de algo mejor?. El problema es el orgullo, que apesta tanto como el ahora de lo que era.
Aquí no hay nadie mejor que nadie, el juego de quien blasfema más, se juega de a dos.