martes, 15 de octubre de 2013

Indolencia

Es cierto, lo que hoy vi, era lo mejor a lo pude aspirar. Sólo el olor me aturdió. Es cierto también, que nada me conmueve con frecuencia, pero algo me pasó ahí. Los ojos se me llenaron de lágrimas y tuve que mirar a otro lado, respirar profundo y en silencio, o ponerme a decir cualquier cosa, para que no se me notara lo que estaba pensando. Tuve tanto que decir, tenía ganas de llorar con ustedes y explicar, a mi manera, lo que me estaba pasando, pero me pararon en seco y odié eso profundamente. Me cuesta tanto expresar mis emociones, de la misma manera en que me cuesta infinitamente llegar a sentir una de forma espontánea y ahí, me coartaron sin piedad. Estaba furiosa, los puse a prueba, te puse a prueba y no la pasaste, nunca las pasas. No quiero tu charla de terapeuta, no quiero tus "te vas a acostumbrar", porque no quiero esa mierda, no quiero volverme insensible frente a lo que ocurre, quiero temblar, ponerme nerviosa, que me duela la guata, tener ganas de llorar y rabia, no quiero estar vacía. Más de lo que estoy día a día.

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