viernes, 28 de enero de 2011

Benedetti, yo te amo.-

Siempre que te leo, no puedo dejar de sentir una profunda admiración, unas ganas enormes de algún día, poder llegar a escribir como tu.
Recuerdo el día en que la muerte dejó de perseguirte y te dio la mano, me llama un buen amigo y me da la noticia, yo no quería creerlo, no era posible, con tanta mierda viva y yo que hubiese dado mis suspiros por ti, por tu poesía que era la vida misma, por tus cuentos, por tus novelas, por cada una de tus palabras... Mario, Mario, dame solo una buena razón, y es que en torno a tus libros he tejido tantas historias, tanto episodio de una vida, las ganas de matar, las de ganas de amar que me guardaba dentro... Mario y pensar que la madre de mi amigo te besó y pensar que ella... ella, tan afortunada como acechadora... Mario, Mario, entre tu exilio y tu muerte, se me arranca la gloria.

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