domingo, 19 de septiembre de 2010

Y a todo digo que sí.

Debe haber sido que el paréntesis fue muy extenso, que mis ojos estaban fijados en un solo blanco, así como tantas otras cosas.
El tiempo se hacía escaso, y es que todo avanzaba tan rápido... las tres películas y media y las 7 horas muertas que la vida nos tiró por la cabeza ese día.

Y bueno, me mantuve con la boca cerrada, la cabeza en mi almohada y las manos atadas, sin embargo, ahora afirmo constantemente, junto a quien quiera acompañarme. Esperando no decepcionar a ninguno de mis camaradas.

No hay comentarios: